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204 AÑOS DE INDEPENDENCIA Y LAS DEUDAS PENDIENTES DEL ESTADO PERUANO CON LA EDUCACIÓN, LA CULTURA Y LA JUSTICIA SOCIAL

"Los pueblos que no aprenden de su historia están condenados a repetirla."

González Prada

Publicado: hace 6 horas

Estamos a punto de conmemorar 204 años de la proclamación de la independencia del Perú, y sin embargo, el país continúa arrastrando tareas históricamente postergadas en los sectores más fundamentales para su desarrollo: educación, salud, cultura y justicia. La pandemia expuso, como nunca antes, las grietas estructurales de un Estado que no ha sabido garantizar derechos básicos a todos sus ciudadanos. A dos siglos del grito de libertad, el Perú aún no es plenamente libre.

Educación: entre el abandono y la desigualdad

Durante la pandemia, el Ministerio de Educación centró su estrategia en el programa “Aprendo en casa”, una iniciativa útil en su momento, pero profundamente limitada por su carácter unidireccional, sin verdadera interacción entre docentes y estudiantes. La sobrecarga laboral al magisterio, la ausencia de protocolos para el trabajo presencial de seguimiento, y la falta de recursos tecnológicos agravan aún más la situación.

Las brechas digitales entre el campo y la ciudad siguen sin cerrarse. El prometido reparto de tablets a estudiantes rurales aún es una promesa incumplida. Por otro lado, la educación inclusiva y la interculturalidad fueron prácticamente ignoradas durante la crisis sanitaria, lo cual ha incrementado las ya persistentes desigualdades educativas.

Asimismo, el Estado ha declinado en su rol de supervisor de la calidad de la educación privada, tanto básica como superior, y no existe un plan serio para absorber a los miles de estudiantes que migraron del sector privado al público. Las 100 mil nuevas matrículas en colegios estatales aún no encuentran infraestructura ni respuesta concreta.

Cultura: invisible, ignorada y desprotegida

El Ministerio de Cultura, que debería ser pilar de identidad y cohesión social, ha sido relegado en las políticas de emergencia. No existe un plan nacional sostenido para promover el acceso a la cultura en zonas rurales, ni para revalorar los saberes tradicionales. El centralismo persiste, y la cultura viva de las comunidades indígenas sigue siendo vista como folclore y no como conocimiento ancestral valioso.

A 204 años de independencia, seguimos sin integrar seriamente una visión intercultural del país, necesaria para la salud, la educación y el desarrollo sostenible. Se requiere una transformación que deje de ver la cultura como adorno y la reconozca como fuerza estructural del desarrollo humano.

Salud: reforma profunda, no solo parches

El sistema de salud ha colapsado más de una vez, y las señales no se han tomado con la seriedad necesaria. La falta de Equipos de Protección Personal (EPP), el abandono del primer nivel de atención, la precariedad de los trabajadores contratados por CAS o terceros, y la falta de transparencia en las cifras de fallecimientos médicos, son heridas abiertas.

El Perú necesita una reforma que no sea copia de modelos foráneos, sino que recoja su realidad territorial y multicultural. Debe centrarse en la prevención, el fortalecimiento de redes comunitarias, y en una lógica de salud y no de enfermedad. Una verdadera salud pública exige que se articule con la cultura local, la alimentación saludable y la medicina tradicional, sin despreciar la ciencia, sino más bien, integrándola con respeto por nuestra biodiversidad.

Seguridad y justicia: más allá del castigo

El contexto pospandemia ha generado un incremento de la criminalidad debido al desempleo, la informalidad y la precariedad. Sin embargo, el enfoque sigue siendo represivo y no se apuesta por la prevención social del delito.

Se requiere una política nacional de prevención del crimen, centrada en las causas sociales, familiares y comunitarias que originan trayectorias delictivas. Esto incluye fortalecer redes barriales, trabajar con jóvenes en riesgo, y fiscalizar la ejecución presupuestal de la seguridad ciudadana, usualmente absorbida por la burocracia y la corrupción.

En paralelo, la crisis penitenciaria exige una política de deshacinamiento selectivo, sin beneficiar a los más nocivos ni reproducir injusticias. La creación de un Servicio Integral de Atención a Víctimas es urgente, en un país donde las mujeres continúan siendo violentadas diariamente sin una respuesta efectiva del Estado.

Independencia es justicia, no solo bandera

Conmemorar un aniversario patrio no es solo izar la bandera o cantar el himno. Es también mirar de frente las deudas del Estado con su pueblo. La independencia no se logra con desfiles ni discursos, sino cuando cada niño accede a una educación digna, cuando cada comunidad tiene agua, salud y cultura, y cuando la justicia deja de ser privilegio para pocos.

A 204 años, el Perú necesita reconstruirse desde sus raíces. Educación inclusiva, salud preventiva e intercultural, cultura viva y justicia con enfoque social no pueden seguir siendo promesas eternas. Es tiempo de cumplir con el pueblo, como se juró aquel 28 de julio de 1821.


Escrito por

Jorge David Escalante Muñoz

Educador, Filósofo, Conferencista, Activista Social y Defensor del Medio Ambiente.


Publicado en

EL MUNDO DE LA FILOSOFÍA

Contiene la principales preguntas sobre cuestiones fundamentales de su existencia y la del mundo, se plantea y planteado la humanidad